El mejor regalo «económico» que un padre puede hacer a un hijo es su educación, pagarle la mejor educación posible para que esté lo mejor preparado posible para la vida adulta. Pero el segundo mejor regalo «económico» es dotarle de unos ahorros para poder arrancar su vida adulta.
Cuando nos convertimos en padres, de repente todo nuestro universo se reorganiza y de repente los hijos son el centro de este. Si nos paramos a pensarlo, el cambio es muy fuerte y radical, puesto que de la noche a la mañana, pasamos de pensar en nosotros, y que nadie dependa de nosotros. A tener a una personita indefensa por la que daríamos todo y a la que tenemos que enseñar todo, y también preocuparnos por dotarle de un futuro lo mejor posible.
No vamos a salirnos del tiesto, aunque me encantaría hablar de otros aspectos de ser padre y criar a nuestros hijos, nos vamos a centrar en una idea fundamental. ¿Qué puedo hacer para darle a mis hijos el mejor futuro posible? que creo que es lo que cualquier madre y padre quiere para sus hijos.
¿Qué puedo hacer para darle a mis hijos el mejor futuro posible?
Yo diría que la primera respuesta a esta pregunta, sería prepararles lo mejor posible y dotarles de las mejores herramientas posibles para ello (ser el mejor ejemplo posible para ellos, dotarles de unos valores y darle la mejor educación posible).
Pero más allá de la educación, está claro que un día (y llega rápido) nuestros hijos pasarán de ser niños o adolescentes, a ser jóvenes adultos con ganas de independizarse y desarrollar sus propios proyectos de vida. Pero claro eso, como cualquier proyecto en la vida, precisa de dinero (y cada vez más, porque todos vemos que cada vez la vida es más cara). Poder dotarles de un pequeño colchón económico para que puedan arrancar en su etapa adulta sería lo ideal.
En esta nueva entrada, quiero hablar de esto y dar algunas ideas de las que poder nutrirnos, para poder generar unos ahorros de forma recurrente para nuestros hijos y de este modo que el día de mañana tengan ese primer capital o patrimonio con el que poder arrancar su vida adulta y sus proyectos de una forma independiente.
Antes de pasar al siguiente punto, una matización importante. Este colchón o «regalo» en forma de capital debe ir acompañado, como decía arriba, de una buena educación, para que nuestros hijos sepan que hacer con ese dinero en el momento que toque. Sino ese dinero no servirá de nada. Si nuestros hijos no tienen las herramientas necesarias y unos mínimos conocimientos y conciencia de educación financiera, ahorros y lo que cuesta ganar el dinero, ese dinero se esfumará rápidamente.
¿Cuándo empezamos?
Lo antes posible, igual que hay padres que hacen a sus hijos socios del club de su vida el mismo día que nacen, yo diría que hay que abrirles una cuenta en el banco también el mismo día que nacen.
Aquí entra en juego la magia del interés compuesto. Cuanto antes empecemos a ahorrar para nuestros hijos, antes se podrán beneficiar de los efectos multiplicadores de reinvertir los beneficios año a año. Con un horizonte temporal de 20 años, el interés compuesto puede hacer que nuestros ahorros se multipliquen y no hay que perder de vista que en el largo plazo (y 20 años lo sos), la renta variable es la mejor apuesta. Como se puede ver en el siguiente gráfico, aunque haya años malos, en el largo plazo la renta fija siempre tiende a apreciarse (a valer más que antes). En concreto este gráfico viene a decir que un inversor hubiera obtenido una rentabilidad anual promedio del 8,4% en países desarrollados y un 7,4% en países emergentes según el gráfico siguiente. Como vemos en el gráfico 1 $ en el año 1900 se hubieran convertido en 12.877 $ en el 2017.

¿Cómo empezamos?
Para aquellos que no cuenten con los conocimientos suficientes, o que símplemente prefieran delegarlo en un profesional, yo diría que lo mejor es dejarse asesorar por un experto, por lo que lo primero sería hablar con nuestro gestor, banquero o persona de confianza para temas financieros y que nos asesore. Si no contamos con esa persona de confianza, siempre se puede ir a nuesrtro banco y pedir que nos asignen a una persona y empezar a establecer una relación de asesoramiento a largo plazo. Y si tenemos inquietud y conocimientos suficientes, siempre lo podemos hacer nosotros, porque nadie se va a preocupar más de los ahorros de nuestros hijos (y de los nuestros) que nosotros mismos.
Existen múltiples opciones para empezar a ahorrar y generar ese colchón o capital para nuestros hijos (dejar el dinero en una cuenta corriente no es la mejor de ellas).
Cuenta corriente
Como lugar donde depositar un dinero y guardarlo en el banco está bien, pero a no ser que busquemos una cuenta de ahorros remunerada (que te den una rentabilidad por tener el dinero ahí), no es la mejor opción de ahorro puesto que debido a la inflacción, a la larga vamos a perder dinero (ese dinero que tenemos ahí nos va a permitir cada vez comprar menos cosas con él).
PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático)
El PIAS o Plan Individual de Ahorro Sistemático es un producto de seguros enfocado a crear un colchón de ahorro que además cuenta con ventajas fiscales a partir del quinto año. Con todo, podemos decir que la gran ventaja de los PIAS es su seguridad: no son un producto arriesgado, por lo que sabes en todo momento que tu inversión está garantizada. Por otra parte, esta seguridad va unida a un menor rendimiento en comparación con otros productos.
Sus ventajas son la gestión profesional, la diversificación, la transparencia y la fiscalidad
Fondos de inversión
Los fondos de inversión tienen un objetivo: agrupar el dinero de muchos ahorradores para invertirlo en los mercados financieros. Estos instrumentos colectivos destacan por su gestión profesionalizada, la diversificación de activos, la transparencia en su gestión y la no tributación por el traspaso de un fondo a otro.
ETFs
Similares a los fondos de inversión, son un valor cada día más en auge frente a los primeros ¿por qué los ETFs gana cada vez más adeptos?
- La primera razón que justifica el auge de la inversión en ETFs son los costes. Los ETFs son más económicos que los fondos de inversión gestionados.
- Tienen ventajas frente a los fondos, además de menores costes de gestión, mayor liquidez. Funcionan como acciones, por lo que se puede comprar y vender en el día, aunque pensando en el largo plazo, esto no es realmente una ventaja importante.
- Transparencia: Se conoce la composición del ETF con claridad y transparencia.
El punto negativo (aunque puede que cambie en breve) es que los ETFs no gozan aún de la posibilidad de diferimiento fiscal en España que si tienen los fondos de inversión y no es algo menor ya que con plusvalías (rentablidades altas) el importe a pagar en impuestos puede ser considerable.
Inversión en acciones
Otra opción es convertirnos en brokers e invertir diréctamente en acciones, comprando acciones de aquellas empresas que pensemos que más se pueden revalorizar en el largo plazo (pensando en dejar el mejor patrimonio posible a nuestros hijos). También es interesante pensar en empresas que reparten dividendos (como las eléctricas o los bancos), pensando en recibir una aportación periódica (que siempre es bienvenida).
Para cerrar, dejo aquí un artículo de inbestme: Invertir a largo plazo – Guía para el inversor inteligente. Me parece que recoge de forma detallada y con ejemplos las diferentes alternativas que puede haber para invertir pensando en el largo plazo.









