Uno de los mejores regalos que unos padres pueden hacer a un hijo

El mejor regalo «económico» que un padre puede hacer a un hijo es su educación, pagarle la mejor educación posible para que esté lo mejor preparado posible para la vida adulta. Pero el segundo mejor regalo «económico» es dotarle de unos ahorros para poder arrancar su vida adulta.

Cuando nos convertimos en padres, de repente todo nuestro universo se reorganiza y de repente los hijos son el centro de este. Si nos paramos a pensarlo, el cambio es muy fuerte y radical, puesto que de la noche a la mañana, pasamos de pensar en nosotros, y que nadie dependa de nosotros. A tener a una personita indefensa por la que daríamos todo y a la que tenemos que enseñar todo, y también preocuparnos por dotarle de un futuro lo mejor posible.

No vamos a salirnos del tiesto, aunque me encantaría hablar de otros aspectos de ser padre y criar a nuestros hijos, nos vamos a centrar en una idea fundamental. ¿Qué puedo hacer para darle a mis hijos el mejor futuro posible? que creo que es lo que cualquier madre y padre quiere para sus hijos.

¿Qué puedo hacer para darle a mis hijos el mejor futuro posible?

Yo diría que la primera respuesta a esta pregunta, sería prepararles lo mejor posible y dotarles de las mejores herramientas posibles para ello (ser el mejor ejemplo posible para ellos, dotarles de unos valores y darle la mejor educación posible).

Pero más allá de la educación, está claro que un día (y llega rápido) nuestros hijos pasarán de ser niños o adolescentes, a ser jóvenes adultos con ganas de independizarse y desarrollar sus propios proyectos de vida. Pero claro eso, como cualquier proyecto en la vida, precisa de dinero (y cada vez más, porque todos vemos que cada vez la vida es más cara). Poder dotarles de un pequeño colchón económico para que puedan arrancar en su etapa adulta sería lo ideal.

En esta nueva entrada, quiero hablar de esto y dar algunas ideas de las que poder nutrirnos, para poder generar unos ahorros de forma recurrente para nuestros hijos y de este modo que el día de mañana tengan ese primer capital o patrimonio con el que poder arrancar su vida adulta y sus proyectos de una forma independiente.

Antes de pasar al siguiente punto, una matización importante. Este colchón o «regalo» en forma de capital debe ir acompañado, como decía arriba, de una buena educación, para que nuestros hijos sepan que hacer con ese dinero en el momento que toque. Sino ese dinero no servirá de nada. Si nuestros hijos no tienen las herramientas necesarias y unos mínimos conocimientos y conciencia de educación financiera, ahorros y lo que cuesta ganar el dinero, ese dinero se esfumará rápidamente.

¿Cuándo empezamos?

Lo antes posible, igual que hay padres que hacen a sus hijos socios del club de su vida el mismo día que nacen, yo diría que hay que abrirles una cuenta en el banco también el mismo día que nacen.

Aquí entra en juego la magia del interés compuesto. Cuanto antes empecemos a ahorrar para nuestros hijos, antes se podrán beneficiar de los efectos multiplicadores de reinvertir los beneficios año a año. Con un horizonte temporal de 20 años, el interés compuesto puede hacer que nuestros ahorros se multipliquen y no hay que perder de vista que en el largo plazo (y 20 años lo sos), la renta variable es la mejor apuesta. Como se puede ver en el siguiente gráfico, aunque haya años malos, en el largo plazo la renta fija siempre tiende a apreciarse (a valer más que antes). En concreto este gráfico viene a decir que un inversor hubiera obtenido una rentabilidad anual promedio del 8,4% en países desarrollados y un 7,4% en países emergentes según el gráfico siguiente. Como vemos en el gráfico 1 $ en el año 1900 se hubieran convertido en 12.877 $ en el 2017.

Lon-run market runs 1900-2017

¿Cómo empezamos?

Para aquellos que no cuenten con los conocimientos suficientes, o que símplemente prefieran delegarlo en un profesional, yo diría que lo mejor es dejarse asesorar por un experto, por lo que lo primero sería hablar con nuestro gestor, banquero o persona de confianza para temas financieros y que nos asesore. Si no contamos con esa persona de confianza, siempre se puede ir a nuesrtro banco y pedir que nos asignen a una persona y empezar a establecer una relación de asesoramiento a largo plazo. Y si tenemos inquietud y conocimientos suficientes, siempre lo podemos hacer nosotros, porque nadie se va a preocupar más de los ahorros de nuestros hijos (y de los nuestros) que nosotros mismos.

Existen múltiples opciones para empezar a ahorrar y generar ese colchón o capital para nuestros hijos (dejar el dinero en una cuenta corriente no es la mejor de ellas).

Cuenta corriente

Como lugar donde depositar un dinero y guardarlo en el banco está bien, pero a no ser que busquemos una cuenta de ahorros remunerada (que te den una rentabilidad por tener el dinero ahí), no es la mejor opción de ahorro puesto que debido a la inflacción, a la larga vamos a perder dinero (ese dinero que tenemos ahí nos va a permitir cada vez comprar menos cosas con él).

PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático)

El PIAS o Plan Individual de Ahorro Sistemático es un producto de seguros enfocado a crear un colchón de ahorro que además cuenta con ventajas fiscales a partir del quinto año. Con todo, podemos decir que la gran ventaja de los PIAS es su seguridad: no son un producto arriesgado, por lo que sabes en todo momento que tu inversión está garantizada. Por otra parte, esta seguridad va unida a un menor rendimiento en comparación con otros productos.

Sus ventajas son la gestión profesional, la diversificación, la transparencia y la fiscalidad

Fondos de inversión

Los fondos de inversión tienen un objetivo: agrupar el dinero de muchos ahorradores para invertirlo en los mercados financieros. Estos instrumentos colectivos destacan por su gestión profesionalizada, la diversificación de activos, la transparencia en su gestión y la no tributación por el traspaso de un fondo a otro.

ETFs

Similares a los fondos de inversión, son un valor cada día más en auge frente a los primeros ¿por qué los ETFs gana cada vez más adeptos?

  • La primera razón que justifica el auge de la inversión en ETFs son los costes. Los ETFs son más económicos que los fondos de inversión gestionados.
  • Tienen ventajas frente a los fondos, además de menores costes de gestión, mayor liquidez. Funcionan como acciones, por lo que se puede comprar y vender en el día, aunque pensando en el largo plazo, esto no es realmente una ventaja importante.
  • Transparencia: Se conoce la composición del ETF con claridad y transparencia.

El punto negativo (aunque puede que cambie en breve) es que los ETFs no gozan aún de la posibilidad de diferimiento fiscal en España que si tienen los fondos de inversión y no es algo menor ya que con plusvalías (rentablidades altas) el importe a pagar en impuestos puede ser considerable.

Inversión en acciones

Otra opción es convertirnos en brokers e invertir diréctamente en acciones, comprando acciones de aquellas empresas que pensemos que más se pueden revalorizar en el largo plazo (pensando en dejar el mejor patrimonio posible a nuestros hijos). También es interesante pensar en empresas que reparten dividendos (como las eléctricas o los bancos), pensando en recibir una aportación periódica (que siempre es bienvenida).

Para cerrar, dejo aquí un artículo de inbestme: Invertir a largo plazo – Guía para el inversor inteligente. Me parece que recoge de forma detallada y con ejemplos las diferentes alternativas que puede haber para invertir pensando en el largo plazo.

Como gestionar mi paga

La paga (y el empezar a recibir dinero en general y tener que gestionarlo) es un gran poder para nosotros, pero también una gran responsabilidad.

Cuando somos adolescentes y nuestros padres empiezan a darnos la paga, comenzamos a tener un poder (empezamos a manejar dinero), pero también una gran responsabilidad (empezamos a manejar dinero). En resumen la paga y el comenzar a manejar dinero por primera vez (puede ser también porque empecemos a hacer pequeños trabajos en casa…) es una responsabilidad. Es una oportunidad para que que empecemos a cultivar nuestro espíritu ahorrador, pero para ello es preciso tener unas nociones básicas de educación financiera, y así saber gestionar mejor el dinero que recibimos.

Primeras enseñanzas

Cuando nuestros padres empiezan a darnos la paga, o cuando empezamos a ingresar dinero por otros medios, empezamos a tener que administrar (gestionar) nuestro dinero. Al principio será poco y lo justo dará para poder comprarnos unas pocas chuches u otras cosas de poco valor, pero poco a poco iremos recibiendo más dinero y es importante ser conscientes de cómo administrarlo.

Las primereas enseñanzas que podemos recibir al manejar dinero son:

  • Nos debería ayudar a ser conscientes de que el dinero es limitado y que nos lo tenemos que ganar (nadie regala dinero, excepto nuestros padres y abuerlos).
  • Si nos lo gastamos todo en cuanto lo recibimos, tendremos que esperar hasta el próximo día de paga o de cobro (sin dinero), para poder comprar más cosas y además no habremos ahorrado para gastos futuros más grandes.
  • Es importante que tomemos consciencia del valor del dinero y de lo que que cuesta ganarlo, para administrarlo bien.

Además de un medio para poder afrontar nuestros primeros gastos cuando somos adolescentes, la paga nos debe servir como herramienta educativa para: ir aprendiendo el valor del dinero, aprender a gestionar nuestro dinero y aprender a ahorar y guardar una parte de nuestro dinero para el futuro.

¿Qué hago con mi paga?

Además de para comprarnos chucherías, refrescos, helados, algún pequeño juguete, cromos, etc., es importante que aprendamos que la paga también nos sirve para ahorrar. Podemos ahorrar parte de nuestra paga y dejar ese dinero ahorrado para alguna meta futura y más grande (o para imprevistos, como comprar algo que nos pueda apetecer, o necesitemos más adelante): por ejemplo, comprarme un juguete de mayor precio, una entrada de un concierto al que quiera ir con mis amigos o ayudar a mis padres a ahorrar para un viaje a un sitio que me guste. En esta entrada pasada hay algunos consejos y herramientas para poder empezar a ahorrar.

En resument es importante que utilicemos nuestra paga para dos cosas:

  • Pagarnos las cosas que nos gustan y en definitiva disfrutarlo y usarlo bien.
  • Ahorrar una parte para gastos y necesidades futuras.

Y además, ya sería increible, si somos unos adolescentes super responsables, que miramos más allá del momento actual; y nos ponemos a pensar que un día seremos jóvenes (y adultos) y que tendremos que afrontar gastos más importantes (pagar el móvil, internet, luz, agua, un coche, una casa…). Si somos capaces de hacer ese ejercicio, seremos más conscientes de la necesidad de ahorrar y de la importancia de hacerlo cuanto antes, para poder ir generando un colchón (tener dinero ahorrado) que vaya creciendo mes a mes y nos permita en el futuro tener una independencia financiera que nos permita vivir si ahogos económicos.

El cuento de la cigarra y la hormiga

Seguro que todos conocemos el cuento de la cigarra y la hormiga (y sino aquí está), con el ahorro pasa lo mismo. El ahorro es una cuestión del día a día y de ir poco a poco guardando algo de nuestro dinero para el futuro.

Por eso da igual si nuestra paga es mucha o es poca, siempre se puede guardar algo de dinero y ahorrarlo para el futuro, lo que es importante es que aprendamos a gestionar nuestro dinero y a ser responsables de lo que hacemos con él. Aunque está enfocado a jóvenes y adultos, aquí explico la técnica del 50-30-20 para poder ahorrar independiéntemente de los que recibamos.

Control de gastos

Ya hemos hablado acerca de la importancia de hacer una correcta planificación financiera para poder tener un control sobre nuestras finanzas y poder, en última instancia, tener una capacidad de ahorro que nos permita afrontar de forma más holgada y positiva el futuro tanto a corto, como a largo plazo. Y digo esto porque hay numerosos estudios y artículos que indican que no tener una buena economía familiar o personal es uno de los principales generadores de ansiedad. Por lo que contar con los conceptos básicos de educación financiera, tomar conciencia de la importancia de controlar nuestras finanzas y tenerlas «saneadas», no sólo nos va a permitir estar mejor económicamente, sino que también va a repercutir positivamente en nuestra salud mental.

En esta nueva entrada, vamos a centrarnos en el control de los gastos. Ya hemos hablado en entradas anteriores acerca de la importancia de contar con un presupuesto (La importancia del presupuesto) y la importancia de ahorrar (¿Qué podemos hacer para ahorrar?). Hoy nos centramos en qué podemos hacer para gastar menos y controlar nuestros gastos.

Planificación financiera

Primer paso: presupuesto

Para poder controlar nuestros gastos y aumentar nuestra capacidad de ahorro, lo primero es contar con una base y con una mínima planificación financiera. Sin un presupuesto anual, mensual e incluso semanal, que nos permita conocer de forma clara y precisa cuánto vamos a ingresar y cuánto nos vamos a gastar, no podemos tener un control de nuestras finanzas (y de nuestros gastos). Por eso, el primer paso es hacer nuestro presupuesto (puedes mirar aquí como hacerlo).

Segundo paso: seguimiento

Una vez que contamos con un presupuesto (ya sea anual, mensual o semanal), el siguiente paso es hacer un seguimiento periódico que nos permita controlar si cumplimos con el presupuesto marcado (y si no cumplimos, deberemos plantearnos que medidas podemos tomar para corregirlo). Para esto es muy importante la disciplina y la constancia, de nada sirve mirar nuestro presupuesto una vez al año o una vez cada cinco meses. Deberíamos mirar el presupuesto al menos una vez al mes (y mejor si es casa quince días).

Para poder tener control del presupuesto y que este refleje de forma fiel la situación actual de mis finanzas, es importante que registremos todos nuestros ingresos (esto suele ser más fácil) y también todos nuestros gastos (esto puede ser más complicado porque generalmente los gastos vienen de muchos sitios diferentes). El control de ingresos y gastos se puede hacer en una libreta, en una hoja excel (mi preferida) o en app como Fintonic, Wally, Mint o Monefy que te ayudan con ello.

Control de gastos

Una vez hecho lo anterior y con nuestros ingresos y gastos conocidos y bien cuantificados, podremos empezar a tomar el control de nuestros gastos y acutar sobre ellos de forma efectiva. Para tener éxtio en este misión, es fundamental contrar con un objetivo (o varios) que nosmotiven y nos obliguen a actuar y a limitar nuestros gastos.

Los motivos pueden ser muy diversos (algunos ejemplos):

  • Eliminar nuestras deudas lo antes posible
  • Ahorrar para mis próximas vacaciones
  • Ahorrar para la entrada de una casa o para unos estudios
  • Conseguir mi independencia financiera lo antes posible

Una vez que tengamos nuestros objetivos claros, será mucho más fácil poder pasara la acción y empezar a ver de donde podemos reducir o al menos intentar controlar y contener nuestros gastos. Algunas ideas.

  • Reducir los «desayunos»: Uno de los principales errores al momento de administrar nuestras finanzas personales es caer en los «desayunos». Los desayunos son esos gastos que realizamos y que no nos aportan absolutamente nada (o muy poco): cuotas de gimnasio que pagamos y no vamos, cursos online que no realizamos, suscripciones que no atendemos, etc
  • Fijar metas a corto plazo: Una forma efectiva de reducir nuestros gastos, es tener una motivación por lo qué hacerlo. Fijarnos una meta a corto plazo (realista y alcanzable) nos aportará esa «gasolina» necesaria para poder hacerlo.
  • Ahorrar parte de nuestra ingresos: Uno de los motivos más frecuentes que explican el endeudamiento y mala administración financiera es la falta de capacidad de ahorro de las personas. Un método muy utilizado que defienden los principales especialistas en finanzas personales es el ahorro de, al menos, un 10% de todos los ingresos que se reciben. Aunque parezca poco, ese 10% mensual nos permitirá de manera fácil y rápida crear un fondo de emergencia.

Conceptos básicos de economía explicado para jóvenes y adolescentes

Es fundamental comprender ciertos conceptos financieros para no pagar de más al pedir un préstamos o poder incrementar nuestra capacidad de ahorro.

Estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han encontrado una relación directa entre la educación financiera, el desarrollo de los países y el bienestar económico de las personas. Por eso es tan importante que todos (desde jóvenes) tengamos al menos unos conocimientos básicos de economía, como los tenemos de otras cosas. El problema es que los de economía no nos los están enseñando en nuestros colegios.

En esta entrada voy a dar algunas pinceladas de algunos términos y conceptos básicos de educación financiera, y como ya hay mucho escrito en la red, para profundizar en ellos pondré enlaces a webs de referencia como Economipedia donde poder ampliar conocimientos y ver ejemplos.

Conceptos básicos de economía

  • Poder adquisitivo: Es la cantidad de «dinero» que tiene una persona para poder comprar productos o servicios. Ej, el dinero que tenemos y nos podemos astar para ir al cine, comprar un juego, adquirir una bicicleta, ir a un concierto, hacer un viaje, entre otros. +info aquí.
  • Ahorro: Cumplir cualquier meta requiere de dinero y el ahorro es la herramienta que nos ayudará a alcanzarla. Este concepto hace referencia a esa parte de los ingresos que no gastamos y que decidimos voluntariamente guardar para usarlo en el futuro+info aquí.
  • Presupuesto: El presupuesto es una herramienta que nos permite calcular, planificar y controlar estratégicamente nuestras finanzas. En otras palabras, es un documento o registro en la que ponemos: ingresos, gastos fijos, gastos variables y con esto podemos calcular nuestra capacidad de ahorro. Lo más fácil es hacerlo en una hoja excel, aunque también se pueden usar aplicaciones móviles o hacerlo en una libreta en papel. +info aquí.
  • Intereses: Los que reciben un préstamo tienen que pagar un precio, los intereses, eso significa que tienen que devolver más de lo que recibieron. Al mismo tiempo los intereses (o rentabilidad) es la contraprestación que recibe una persona por tener su dinero depositado en una inversión de renta fija (por ejemplo un fondo de inversión, un bono o una letra del tesoro). Los intereses serían el precio del dinero y es fundamental entender este término y saber calcularlo para que no nos engañen a la hora de pedir un préstamo o hacer una inversión. Hay dos tipos de interés. Interés simple, es una forma de calcular los intereses de un préstamo que solo tiene en cuenta el capital principal. Interés compuesto, al contrario que el interés simple, el compuesto acumula los intereses. Recomendable ver en siguiente enlace para comprender la diferencia entre ambos y saber calcularlos. +info aquí.
  • Crédito o préstamo: La capacidad de pedir prestado dinero con la promesa de devolverlo en el futuro (pagando unos intereses). Es importante tener un buen historial de crédito (que no hayamos tenido deudas, que no hayamos pedido dinero en exceso a nuestro banco), para facilitar la obtención de préstamos y que el banco nos de mejores tasas de interés. +info aquí.
  • Tasa de interés: El porcentaje que te dice cuánto ganarás en una inversión o cuánto te costará un dinero que pides prestado (mirar arriba la definición de intereses).
  • Inversión: Es la acción por la que asignamos dinero en activos financieros con la expectativa de obtener un retorno en el futuro en forma de pagos recurrentes (dividendos) o incremento de capital (poder vender en el futuro por más valor de lo que nos costó comprarlo). Esto puede incluir acciones, criptomonedas, fondos de inversión, ETFs, casas, garages, locales, entre otros. +info aquí.
  • Inflación: Un concepto que influye en nuestras compras cotidianas. Se trata del aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en una economía y que reduce el poder adquisitivo del dinero. Por esta razón, hay que prestarle especial importancia a este término, ya que puede mermar nuestra capacidad de ahorro si lo pasamos por alto o no lo entendemos. +info aquí.
  • Diversificación: Es una estrategia de inversión que consiste en distribuir el capital entre diferentes activos para reducir el riesgo, una práctica común en la gestión de carteras de inversión. +info aquí.
  • Liquidez: Concepto que hace referencia a la capacidad que tiene un activo para ser convertido en dinero efectivo sin perder valor. Ejemplo, los ahorros en el banco son muy líquidos porque los podemos coger cuando queramos. Sin embargo una casa no es un activo líquido porque primero hay que venderla y pagar unos intereses, para poder disponer del dinero.
  • BNPL (Buy Now, Pay Later) es un tipo de financiación cada vez más popular gracias al cuál los consumidores pueden adquirir productos o servicios de inmediato y pagar por ellos en cuotas diferidas (normalmente sin intereses si se cumplen ciertas condiciones). Ojo con este tipo de financiaciónes que merman nuestra capacidad de ahorro (ya lo explicaba en esta entrada anterior: Suscripciones y pagos a plazos).
  • TIN y TAE: La diferencia entre TIN y TAE, dos conceptos muy presentes si estamos pensando en pedir un préstamo. El Tipo de Interés Nominal (TIN) es la tasa de interés que un banco establece para un préstamo sin tener en cuenta la inflación ni otros factores, mientras que la Tasa Anual Equivalente (TAE) es una medida estandarizada que refleja el coste real de un préstamo, es decir, lo que pagaremos realmente por el dinero que nos han prestado. Fundamental conocer y comprender bien estos dos términos para no pagar más por nuestros préstamos o hipotecas. +info aquí.

La importancia del presupuesto (mensual, anual…)

Así como una empresa define su presupuesto anualmente y lo controla cada mes, así deberíamos hacer nosotros en nuestras casas.

Lo que no se mide, no se puede mejorar. Esta frase, atribuida al reconocido físico y matemático británico William Thomson Kelvin, es, en esencia, una declaración que destaca la importancia de la medición y la evaluación como pasos cruciales en cualquier proceso de mejora.

Si queremos mejorar nuestra salud financiera, e incrementar nuestra capacidad de ahorro, es fundamental contar con un presupuesto personal. Por eso es tan importante que contemos con un presupuesto, y que tomemos el hábito de seguirlo periódicamente.

Para qué sirve un presupuesto

Un presupuesto es documento que nos permite planificar nuestros ingresos y nuestros gastos con el fin de tener nuestras finanzas personales organizadas y contorladas. Lo más importante de hacer un presupuesto personal o familiar es que nos va a permitir establecer con claridad nuestros hábitos de consumo (dónde nos gastamos el dinero). Podemos hacerlo en un cuaderno en papel o sino en el ordenador en una excel. 

Hacer un presupuesto y guiarnos por él nos ayuda a organizar nuestros gastos personales, para no gastar más dinero del que ingresamos. Un control detallado de los gastos, permite planificarnos mejor y facilita poder pagar las cuentas mensualmente y a evitar problemas de liquidez (dinero que tenemos disponible).

Mantener un presupuesto también nos ayuda a minimizar los gastos innecesarios con el fin de alcanzar nuestras metas de ahorro a medio y largo plazo. Las financiaciones que ofrecen algunos bancos o comercios son tentadoras, pero endeudarse salvo que sea realmente necesario (como la hipoteca para una casa) es una trampa. Suele ser mejor hacerlo al revés: ahorrar mes a mes hasta que tengamos suficiente como para pagarlo de golpe (ya lo comentábamos en una entrada anterior, suscripciones y pagos a plazos).

En definitiva, un presupuesto sirve para:

  • Tener organizadas nuestras cuentas
  • Saber cuanto dinero ingresamos
  • Saber dónde nos gastamos el dinero
  • Controlar nuestros gastos
  • Ayudarnos a establecer y alcanzar nuestras metas de ahorro

Cómo hacer un presupuesto

Si no sabes por donde empezar. La mejor manera de hacerlo es identificar en qué nos estamos gastando el dinero ahora, de dónde proviene y a dónde se va, y para ello se deben anotar todos los ingresos y gastos que se tengan antes de iniciar el presupuesto.

Gastos

Tenemos que conocer nuestros gastos al céntimo y clasificarlos por tipos. Yo por ejemplo los organizo por temáticas coincidiendo con la clasificación que me da mi banco, así es mucho más fácil hacer después el seguimiento (hipoteca, gastos vivienda, gasolina, educación, hoteles, restaurantes, supermercado, ropa, ocio…).

Al ponernos a hacer el presupuesto debemos conocer todos nuestros gastos actuales y categorizarlos según las categorías que hayamos definido. Es importante que intentemos pensar en los gastos de un año entero, así podremos estimar lo que pensamos gastarnos en todo el año.

Ingresos

Lo mismo ocurre con los ingresos, esto puede ser más fácil puesto que normalmente nuestras fuentes de ingresos son más reducidas. Lo normal es que tengamos nuestro sueldo mensual (con sus extras), y quizás podamos tener ingresos recurrentes adicionales como el alquiler de una vivienda o garage o algún otro ingreso recurrente extraordinario como dividendos de unas acciones. Mejor si podemos tener todos los ingresos en cuenta (como los gastos).

Hay plantillas para poder hacer un presupuesto en excel, como esta de templatek sencilla y útil

Cómo seguir mi presupuesto

Una vez que hemos hecho nuestro presupuesto y lo tenemos en nuestra libreta o nuestra hoja excel. El siguiente paso es hacer un seguimiento del mismo.

Aunque algunos recomiendan hacerlo diariamente o semanalmente, esto ya depende de cada uno y de lo estricto que quiera ser. Yo creo que con hacerlo una vez al mes (muchos de nuestros gastos e ingresos son mensuales) es suficiente.

La forma de hacerlo sería:

  1. Contrastar los ingresos reales con los planificados, por ejemplo mirando en la cuenta del banco (o donde recibamos nuestros ingresos).
  2. Contrastar los gastos reales con los planificados. Esto puede costar más porque tenemos pagos en metálico, suscripciones, alquileres, hipotecas, gastos con tarjeta, con paypal… en definitiva múltiples fuentes de salida de dinero. Hay que tenerlas todas bien controladas y al menos una vez al mes comprobar todos esos gastos y sumar.
  3. Comparar y evaluar. Tenemos que ver si somos capaces de cumplir con nuestros presupuesto (sobre todo con los gastos) y poco a poco ir ajustando, ver si hay algún sitio de donde podemos recortar algún gasto, para poder ahorrar más, o si tenemos más ingresos por otro lado. Y también al contrario, si vemos que gastamos más de lo esperado y no podemos ahorrar, tomar alguna medida para poder sanear nuestras cuentas.

Estoy seguro que si se implementa este hábito, muchos se sorprenderán de dónde se les va el dinero. Además hacer y seguir un presupuesto es un ejercicio de motivación para intentar gastar menos y ahorrar más. Y en definitiva, hacer un presupuesto es un ejercicio de finanzas personales saludable, que nos va a ayudar mucho a tener una mayor transquilidad y seguridad financiera en nuestro día a día y a conocer mucho mejor nuestras finanzas. Por eso, al igual que para cualquier empresa es obligatorio hacer un presupuesto y seguirlo, igualmente debería serlo para las familias o para cada uno de nosotros a nivel personal.

Inversión: 10 años es mucho

Es fundamental informarse y analizar muy bien una inversión antes de lanzarse a ella, para no pagar un alto precio por el camino. Tomando buenas decisiones, el largo plazo debería jugar a nuestro favor.

Hace unos años leí un artículo en el Diario de Navarra que decía «Exxon, 20 años no es nada». El artículo hablaba acerca de la evolución de esta acción americana (una petrolera) y de como a pesar de la evolución, subidas y bajadas, después de 20 años la acción cotizaba al mismo precio.

Este octubre hace 10 años desde que me casé con mi mujer (a la que quiero más que hace 10 años porque es genial, pero eso es otra historia). En la entrada anterior (Inversión: 10 años no es nada) hacía el símil de Exxon con dos acciones españolas (BBVA e IAG) que 10 años después su precio en bolsa es el mismo que hace 10a años. En esta nueva entrada quiero hacer el análisis opuesto, ver como tomando buenas decisiones, se puede invertir en empresas y activos que multipliquen año a año su valor y por consiguiente que nos permitan conseguir beneficios muy interesantes.

Como no me quiero ir muy lejos, el primer valor es un valor muy conocido del Ibex35 (Inditex), dueño entre otros de Zara, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, Oysho o Massimo Dutti.

INDITEX

En Septiembre 2014 INDITEX cotizaba en el Ibex35 a 20.00€, hoy INDITEX cotiza a 53.00€, 10 años después la acción se ha revalorizado un 165%, es decir a multiplicado su valor x2.65 veces. No nos puede extrañar, en estos 10 años la marca ha crecido un montón, vende cada vez más tanto en tiendas como online y está presente cada vez en más países y ciudades. INDITEX es un ejemplo de que las empresas bien gestionadas y con ventajas competitivas sobre sus competidores, generalmente suelen ser buenas inversiones que reportan a sus accionistas beneficios interesantes.

Si un inversor hubiese comprado acciones de INDITEX hace 10 años y las hubiese mantenido, hoy su importe se habría multiplicado x2,65 veces . Mientras que la inflación durante estos 10 años en España ha sido del 23.5% según datos del INE. Esto quiere decir, que con esta inversión abríamos batido a la inflacción de largo y en estos 10 años, nuestras acciones valdrían mucho más.

Para ponerlo en contexto, hay que imaginarse lo que valía una vivienda hace 10 años y lo que vale ahora (Así ha cambiado el precio de la vivienda en España en la última década). Según este artículo en 2014 el precio medio de las viviendas en España era de 138.000€ y hoy en 2024 es de 150.000€. Esto quiere decir que hace 10 años necesitábamos 6.900 acciones de INDITEX para comprar una casa y hoy necesitaríamos 2.830, el resto las podríamos haber vendido y además de la casa, tener una pluisvalía (rentabilidad) de 215.710€, es decir que todavía nos daba para comprar una segunda casa y sacar algo de dinero.

Que diferencia con las acciones que vimos en mi anterior entrada (BBVA o IAG). Por eso, las decisiones que tomamos a la hora de invertir, pueden cambiar nuestro futuro. Así que es preciso pensarlas bien, también es preciso tener calma, tanto en los momentos de bajadas, como de subidas en bolsa… no perdiendo de vista, que donde realmente se puede ganar (también perder) es en el largo plazo.

Microsoft

Veamos ahora una de mis acciones favoritas (Microsoft, empresa americana que hacer software, entre otros el Windows de los ordenadores, pero también hardware como ordenadores y tablets). Para mí Microsoft es un valor ganador seguro, año a año sigue batiendo sus propios resultados y no hay más que verlo, porque dependemos de ellos para todo y cada vez más. Viendo el gráfico, podemos ver que en septiembre de 2014 la acción cotizaba a 37$. 10 años después la acción cotiza a 428$. La acción se ha revalorizado en este periodo un 1056%! Es decir, ha multiplicado su valor por más de 11 veces. Y esto (al igual que Inditex) sin contar los dividendos que ambas empresas reparten periódicamente.

Con nuestro ejemplo de la compra de una casa, en este caso tenemos que. Hace 10 años hacían falta 3730 acciones de Microsoft para compra una casa según el dato del precio medio de las viviendas en España. Hoy con tan solo 3560 acciones podríamos comprar una, nos quedarían 3380 acciones, es decír 1.446.640€ de beneficio!.

Si en la anterior entrada veíamos la importancia de tomar buenas decisiones a la hora de invertir puesto que el coste de oportunidad (pérdida o al menos no ganancia por haber tomado una decisión «erronea» o al menos no la mejor). Esto refrenda este mensaje. Comparando los resultados de ambos post, se puede ver como le puede cambiar la vida a uno si en lugar de acciones del BBVA (a priori unas buenas acciones, de un banco sólido…), hubiese comprado acciones de Inditex, y no te cuento si lo hubiese comprado de Microsoft.

Por eso, es fundamental informarse y analizar muy bien una inversión antes de lanzarse a ella, para no pagar un alto precio por el camino. Tomando buenas decisiones, el largo plazo debería jugar a nuestro favor.

Inversión: 10 años no es nada

Es fundamental informarse y analizar muy bien una inversión antes de lanzarse a ella, para no pagar un alto precio por el camino. El largo plazo no siempre juega a nuestro favor (al menos si no se toman buenas decisiones).

Hace unos años leí un artículo en el Diario de Navarra que decía «Exxon, 20 años no es nada». El artículo hablaba acerca de la evolución de esta acción americana (una petrolera) y de como a pesar de la evolución, subidas y bajadas, después de 20 años la acción cotizaba al mismo precio.

Este octubre hace 10 años desde que me casé con mi mujer (a la que quiero más que hace 10 años porque es genial, pero eso es otra historia). El caso es que se me ha ocurrido hacer una analogía de aquel artículo y comparar algunas acciones, para ver su evolución. Con este artículo, quiero demostrar y poner patente que es fundamental (para aquellos que se lancen a invertir en bolsa u otros activos) hacer un buen análisis e informarse muy bien antes de lanzarse a invertir. Es cierto que en el largo plazo, lo más normal es que sea más fácil ganar y sacar rentabilidad, pero también es cierto que si no elegimos bien podemos perder mucho dinero.

No me he ido muy lejos, vamos a hacer la analogía con dos acciones muy conocidas del Ibex35 (BBVA e Iberia), para ver que no hay que ir muy lejos para buscar ejemplos.

BBVA

En Septiembre 2014 BBVA cotizaba en el Ibex35 a 9.74€, exactamente el mismo precio con el que cerró el 20 de septiembre de 2024, 10 años después. Como se puede ver en el gráfico, por el camino estos 10 años, el banco (igual que el resto del sector, al menos en España) ha sufrido y su cotización ha estado por debajo de esta valor durante 10 años.

Si un inversor hubiese comprado acciones de BBVA hace 10 años y las hubiese mantenido, hoy su importe sería el mismo. Mientras que la inflación durante estos 10 años en España ha sido del 23.5% según datos del INE. Esto quiere decir, que con esta inversión hoy seríamos más pobres puesto que tendríamos el mismo dinero, pero podríamos comprar con él muchas menos cosas que hace 10 años.

Para ponerlo en contexto, hay que imaginarse lo que valía una vivienda hace 10 años y lo que vale ahora (Así ha cambiado el precio de la vivienda en España en la última década). Según este artículo en 2014 el precio medio de las viviendas en España era de 138.000€ y hoy en 2024 es de 150.000€). Esto quiere decir que hace 10 años necesitábamos 14.150 acciones de BBVA para comprar una casa y hoy necesitaríamos 15.384.

IAG (Iberia)

Lo mismo ocurre con la aerolínea, en este caso si que es cierto que Iberia era una compañía que llevaba una buena tendencia, cada vez más saneada, cada vez mejor organizada. Pero de repente a principios de 2020 llegó el COVID y con él los confinamientos, las restricciones de movilidad… y claro a una aerolínea esto le pegó de lleno debido a sus altos costes operativos (que seguían ahí) y la imposibilidad de poder generar cash (dinero). Así que de la noche a la mañana IAG pasó de cotizar a 5.05€ a 1.50€ (una caída del 70% en menos de un mes), imagínate ser inversor de IAG esos días. En fin, con el paso de los años Iberia está retomando su ritmo, el mundo ha vuelto a la normalidad y con ella los vuelos, viajes… y esto se traduce en que IAG una década después cotiza a 2.74€, prácticamente igual que en 2014 cuando estaba en 2.74€ (sólo un 10% de diferencia, muy por debajo también de la inflación española en ese periodo que hemos dicho que ha sido del 23%).

Suscripciones y pagos a plazos: dos enemigos del ahorro

Las primeras pueden estar bien si realmente las aprovechas. Los segundos yo diría que sólo para comprar un piso (o cosas muy excepcionales), para todo lo demás mejor pagar en el momento (explicado al final del post con un ejemplo muy gráfico).

Uno de los objetivos de este blog es dar a los jóvenes (y no tan jóvenes) consejos o herramientas para poder ahorrar, también intentar aportar algo de educación financiera (tan necesaria en nuestra sociedad). Por eso en esta entrada quiero hablar de dos elementos que mal usados (o usados demasiado) son grandes enemigos del ahorro. Por un lado están las suscripciones (hoy en día tenemos suscripciones para todo tipo de plataformas, para el gimnasio, clubes deportivos…) y por el otro los pagos a plazos (hoy en día te financian hasta el bocadillo de la merienda si quieres).

Suscripciones, el gran negocio

Cuando estás montando un negocio que provee un servicio lo que quieres son muchos clientes y repetitivos. No hay mejor manera de captar clientes repetitivos que con una suscripción, con la que te aseguras un pago recurrente (generalmente mensual), por un largo plazo.

Pero en el otro lado, como usuarios o clientes, tenemos que tener mucho cuidado. Una suscripción (a lo que sea) está muy bien cuando realmente se utiliza, sino es un pozo al que vas a tirar tu dinero. Hay muchos ejemplos:

  • Gimnasio: Pagar una cuota de 40-50€ si vas al gimnasio 2 veces a la semana seguramente esté muy bien y salga rentable. Si pagas una cuota mensual para ir 2 veces al mes, seguramente te salga mejor borrarte y entrenar en tu casa con vídeos de youtube (además el resultado seguramente sea parecido y por lo menos es gratis). Y ojo que aquí ya tenemos 480-600€ al año.
  • Spotify: Como todo, si te gusta mucho la música y realmente lo vas a usar seguro que es una buena inversión, pero si no es mejor buscarse métodos alternativos o utilizar la cuenta gratuita de Spotify. 10€ al mes no parece mucho, pero aquí ya tienes otra gasto de 120€ al año.
  • Plataformas de vídeo (Netflix, HBO, Disney+, Prime…): Hay un montón y todas con unas tarifas similares… Lo mismo que con la música, si realmente los utilizas entonces será una inversión, pero sino lo que tenemos es un gasto adicional. Y además aquí podemos tener el caso que estemos suscritos a más de una plataforma, por lo que el gasto se multiplica.

De todos modos, si no queremos renunciar a estar suscritos a múltiples plataformas, existen alternativas que nos pueden permitir ahorrar algunos euros. Si no tenemos o no queremos compartir nuestras suscripciones con otras personas, podemos buscar con quien compartirlas (y compartir también los gastos) en webs como Sharehub, que te permiten compartir cuentas con terceros.

Pago a plazos: Otro gran negocio

Excepto para la compra de una casa y quizás de un coche (si es necesario, no por capricho), yo diría que para el resto de compras habría que huir de los pagos a plazos que te ofrecen desde tu banco (ese que se supone que vela por tus ahorros), a la compra de cualquier electrodoméstico, o tus próximas vacaciones.

Por muy bien que te lo pinten, no nos engañemos, nadie regala (o presta) el dinero gratis. O bien se quieren aprovechar de una situación de debilidad financiera, o precariedad para que en cualquier caso nos decidamos a la compra (puede ser un colchón, una televisión o las vacaciones) o quieren fidelizarnos para que sigamos comprando cada vez más. ¿Qué beneficio puede haber en pagar unos intereses (altos) para financiarme algo que no es una gran inversión? Sin darnos cuenta y porque parece poco gasto, financiar pequeñas compras a plazos es muy peligroso. Porque además, puede generar un vicio o costumbre que se va retroalimentando y puede llegar a ser como una bola de nieve. Sin darnos cuenta lo que puede pasar es que lleguemos a comprar por encima de nuestras posibilidades, y ya no es que no ahorremos, es que podemos incluso llegar a no poder pagar nuestras deudas, por eso hay que tener MUCHO CUIDADO con los pagos a plazos.

Está claro que la compra de una casa es una excepción (casi la única) puesto que muy pocas personas pueden pagar una casa sin pedir un préstamo. La compra de un coche, que también supone una inversión podría estar en el límite. Pero si quieres ahorrar y tener un futuro mejor, para el resto de compras (incluido un viaje o las vacaciones) lo que deberíamos hacer es ahorrar antes para poder pagárnoslo cuando toque (y sin endeudarnos o pagar unos latos intereses por el servicio).

El ejemplo de los coches… ahora está muy de moda el renting o simplemente financiar la compra del coche.

  • Renting: Si no eres un profesional y lo pagas por la empresa, o si no eres alguien que precise cambiar de coche cada 2-3 años, el renting es casi seguro perder dinero frente a comprar el vehículo.
  • Financiar el coche: Si lo vas a financiar al menos busca alternativas a las opciones que te ofrecen los concesionarios (que son abusivas), pero si puedes mejor cómpralo al contado.

En el ejemplo de la foto de arriba (ejemplo real), podemos ver que financiar la compra del coche es muy mala idea… y aun nos dicen que nos ahorramos 4.000€!!! Las cuentas son fáciles: Si lo pagamos el día que lo compramos, pagamos 42.990€. Pero si lo financiamos a 120 meses (10 años), vamos a pagar 72.720€ y todavía ahorramos 4.000€!!! Madre mía que chollazo! Pagamos 29.730€ más, pero ojo que nos hemos ahorrado 4.000€!!!

Ahorro: La regla del 50-30-20

Para conseguir ahorrar de forma eficaz, es preciso hacerlo con una planificación previa.

Hay mucho escrito sobre la regla del 50-30-20, que apareció por primera vez en el libro «All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan» de la escritora y senadora de los Estados Unidos Elisabeth Warren. Por eso más que entrar en detalle y desarrollarlo, lo que haré es poner unos enlaces donde se explica en detalle. Simplemente, me limitaré a decir que me parece una forma fácil para que podamos comenzar a ahorrar de una forma planificada y eficaz.

Se trata de una regla bastante sencilla que consiste en que repartamos nuestros ingresos netos mensuales en tres grupos:

  • 50 % para cubrir nuestras necesidades básicas (y pagos obligatorios).
  • 30 % para gastos que no son obligatorios, como puede ser el ocio.
  • 20% restante para ahorrarlo y guardarlo o invertirlo, pensando en el futuro.

Y quizás puedas decir: «si a mí con lo que ingreso no me da para ahorrar!«. Aquí entra en juego una correcta planificación y también la importancia de hacer y controlar un presupuesto mensual y un presupuesto anual, que nos permitan conocer qué gastos tenemos, cuando se van a producir (casi todos serán recurrentes y mensuales, pero hay muchos otros que no). Conociendo nuestros gastos (los obligatorios y los que no lo son), podremos planificarnos mucho mejor y conseguir poner los cimientos para poder llegar a tener la capacidad de ahorrar parte de nuestros ingresos.

Por eso, recomiendo por un lado tener un presupuesto doméstico (en otra entrada hablaremos de como hacerlo, como seguirlo) y por otro lado aplicar la regla de 50-30-20 para ahorrar de una forma planificada y eficaz.

Dejo unos enlaces que me parecen interesantes para poder profundizar en la regla del 50-30-20. Hay muchos más, basta con poner «regla 50-30-20» en google, puedes elegir el que más te guste, pero con estos dos me parece suficiente.

¿De verdad lo necesito?

Para poder ahorrar de forma efectiva, es importante diferenciar entre aquellas compras realmente necesarias y que nos van a a portar un beneficio real, de las que no lo van a hacer.

¿Cuántas veces hemos intentado comenzar a ahorrar y ha sido en vano? ¿Por qué es tan difícil tener la fuerza de voluntad para comenzar a guardar una parte de nuestros ingresos? Creo que todos somos conscientes de la necesidad de ahorrar y guardar parte de nuestro dinero para poder usarlo en el futuro para cosas «importantes» y seguramente que nos hemos propuesto más de una vez no gastar dinero innecesariamente, sin embargo resulta difícil y muchas veces incumplimos esa promesa que nos hemos hecho. Así que, si esto te ocurre a ti, no eres el único.

En esta nueva entrada, quiero escribir y reflexionar acerca de uno de los mayores rivales del ahorro y que hace que limitemos nuestra capacidad de ahorro de forma drástica y sin ser conscientes y no es otro que las compras impulsivas.

Estas compras aleatorias pueden ser a veces relativamente inofensivas (pero peligrosas) si están dentro del límite de gasto de una persona. Sin embargo, las compras impulsivas, si no sabemos frenar o contenernos, pueden dar lugar a costosos atracones de compras que podrían arruinar nuestras finanzas de forma muy seria.

¿Qué es una compra impulsiva?

La compra impulsiva es un tipo de comportamiento de compra que ocurre cuando un cliente compra algo sin pensarlo antes. Generalmente sucede cuando un producto o mensaje está bien publicitado o promocionado. Los compradores impulsivos compran cosas sin planearlo porque se basan en los sentimientos que les hacen sentir la necesidad de comprar.

Este artículo (Compra impulsiva: Qué es, indicadores y cómo aprovecharla) lo explica muy bien y es interesante leerlo para entender cómo se aprovechan las marcas comerciales de nuestra necesidad impulsiva de compra, para vendernos cosas que no necesitamos y para «quitarnos» nuestros ahorros.

¿Por qué limita nuestra capacidad de ahorro?

Es obvio que cada vez que compramos algo y nos gastamos parte de nuestro dinero, ese dinero es dinero que no vamos a ahorrar. Por lo tanto la respuesta es clara, si nos gastamos el dinero estamos limitando nuestra capacidad de ahorro. La pregunta es si ese gasto es necesario o no, si realmente lo necesitamos, si la respuesta es que no lo necesitamos, claramente estamos limitando nuestros ahorros.

No digo que no gastemos nuestro dinero, tampoco digo que solo nos lo gastemos en cosas realmente importantes u obligatorias (pagos de alquiler, luz, agua, móvil…), es obvio que como personas tenemos necesidades que cubrir (comer, ropa…) y también el ocio o el deporte, ambos muy importante para nuestro bienestar y salud, que a veces acarrean gastos.

La diferencia está en saber diferenciar entre aquellas compras realmente necesarias y que nos van a a portar un beneficio real, de las que no lo van a hacer.

También es importante, de esto ya hablaba en una entrada anterior (¿Qué podemos hacer para ahorrar?) que seamos conscientes de los ingresos que tenemos, tener un presupuesto para saber cuanto nos podemos gastar en determinadas cosas como por ejemplo ocio, compras…

El ejemplo del cine:

  • Ir un día al cine con mis amigos seguramente no va a suponer un problema en mis ahorros y será muy beneficioso porque pasaré un buen rato con ellos, me divertiré y en definitiva ese dinero gastado habrá sido una «inversión» en mí, en mi bienestar.
  • Ir al cine todas las semanas, por rutina, independientemente de que la peli me apetezca o no, simplemente por el hecho de ir, puede ser un gasto innecesario que a la larga nos «cueste mucho». Si lo pensamos, ir al cine nos puede costar entre 10 y 20 € (no es solo el cine, las chuches, igual cenar después…). Pongamos una cifra intermedia (15€). Si todas las semanas nos gastamos 15€, al año nos habremos gastado 780€ sólo en ir al cine!!!

¿Cómo podemos luchar contra las compras impulsivas?  

¿Realmente lo necesito?

Lo primero que deberíamos hacer antes de comprar algo es hacernos esta pregunta tan simple ¿realmente es algo que necesito?, parece una tonteria, pero si somos capaces y tenemos la fuerza de voluntad de hacernos esta pregunta y pensar 30 segundos antes de comprar cualquier cosa, ya habremos dado un gran paso. Estoy 100% seguro que solo con hacernos esta pregunta limitaremos gran parte de nuestra compras. Yo lo pongo en práctica y puedo asegurar que realmente funciona.

Sólo con hacerme esta pregunta yo he conseguido evitar comprar cosas como un dron, un montón de ropa que realmente no necesitaba, alguna tables y algún que otro gadget tecnológico que tampoco necesitaba (entre otros).

Comprarlo en una semana

Otra forma de luchar contra las compras impulsivas es darnos un tiempo para realizar la compra. De este modo podremos ver si realmente es una compra que necesitamos o si por el contrario es una compra impulsiva.

Un buen plazo de tiempo puede ser una semana. Data una semana de tiempo y si al cabo de esos días, sigues pensando que es algo que necesitas y debers comprar, adelante. Pero si por el contrario tienes dudas o diréctamente ya no te suscita el mismo interés que siete días atrás, descarta la compra y ese dinero que te habrás ahorrado.