Para poder ahorrar de forma efectiva, es importante diferenciar entre aquellas compras realmente necesarias y que nos van a a portar un beneficio real, de las que no lo van a hacer.
¿Cuántas veces hemos intentado comenzar a ahorrar y ha sido en vano? ¿Por qué es tan difícil tener la fuerza de voluntad para comenzar a guardar una parte de nuestros ingresos? Creo que todos somos conscientes de la necesidad de ahorrar y guardar parte de nuestro dinero para poder usarlo en el futuro para cosas «importantes» y seguramente que nos hemos propuesto más de una vez no gastar dinero innecesariamente, sin embargo resulta difícil y muchas veces incumplimos esa promesa que nos hemos hecho. Así que, si esto te ocurre a ti, no eres el único.
En esta nueva entrada, quiero escribir y reflexionar acerca de uno de los mayores rivales del ahorro y que hace que limitemos nuestra capacidad de ahorro de forma drástica y sin ser conscientes y no es otro que las compras impulsivas.
Estas compras aleatorias pueden ser a veces relativamente inofensivas (pero peligrosas) si están dentro del límite de gasto de una persona. Sin embargo, las compras impulsivas, si no sabemos frenar o contenernos, pueden dar lugar a costosos atracones de compras que podrían arruinar nuestras finanzas de forma muy seria.
¿Qué es una compra impulsiva?
La compra impulsiva es un tipo de comportamiento de compra que ocurre cuando un cliente compra algo sin pensarlo antes. Generalmente sucede cuando un producto o mensaje está bien publicitado o promocionado. Los compradores impulsivos compran cosas sin planearlo porque se basan en los sentimientos que les hacen sentir la necesidad de comprar.

Este artículo (Compra impulsiva: Qué es, indicadores y cómo aprovecharla) lo explica muy bien y es interesante leerlo para entender cómo se aprovechan las marcas comerciales de nuestra necesidad impulsiva de compra, para vendernos cosas que no necesitamos y para «quitarnos» nuestros ahorros.
¿Por qué limita nuestra capacidad de ahorro?
Es obvio que cada vez que compramos algo y nos gastamos parte de nuestro dinero, ese dinero es dinero que no vamos a ahorrar. Por lo tanto la respuesta es clara, si nos gastamos el dinero estamos limitando nuestra capacidad de ahorro. La pregunta es si ese gasto es necesario o no, si realmente lo necesitamos, si la respuesta es que no lo necesitamos, claramente estamos limitando nuestros ahorros.
No digo que no gastemos nuestro dinero, tampoco digo que solo nos lo gastemos en cosas realmente importantes u obligatorias (pagos de alquiler, luz, agua, móvil…), es obvio que como personas tenemos necesidades que cubrir (comer, ropa…) y también el ocio o el deporte, ambos muy importante para nuestro bienestar y salud, que a veces acarrean gastos.
La diferencia está en saber diferenciar entre aquellas compras realmente necesarias y que nos van a a portar un beneficio real, de las que no lo van a hacer.
También es importante, de esto ya hablaba en una entrada anterior (¿Qué podemos hacer para ahorrar?) que seamos conscientes de los ingresos que tenemos, tener un presupuesto para saber cuanto nos podemos gastar en determinadas cosas como por ejemplo ocio, compras…
El ejemplo del cine:
- Ir un día al cine con mis amigos seguramente no va a suponer un problema en mis ahorros y será muy beneficioso porque pasaré un buen rato con ellos, me divertiré y en definitiva ese dinero gastado habrá sido una «inversión» en mí, en mi bienestar.
- Ir al cine todas las semanas, por rutina, independientemente de que la peli me apetezca o no, simplemente por el hecho de ir, puede ser un gasto innecesario que a la larga nos «cueste mucho». Si lo pensamos, ir al cine nos puede costar entre 10 y 20 € (no es solo el cine, las chuches, igual cenar después…). Pongamos una cifra intermedia (15€). Si todas las semanas nos gastamos 15€, al año nos habremos gastado 780€ sólo en ir al cine!!!
¿Cómo podemos luchar contra las compras impulsivas?
¿Realmente lo necesito?
Lo primero que deberíamos hacer antes de comprar algo es hacernos esta pregunta tan simple ¿realmente es algo que necesito?, parece una tonteria, pero si somos capaces y tenemos la fuerza de voluntad de hacernos esta pregunta y pensar 30 segundos antes de comprar cualquier cosa, ya habremos dado un gran paso. Estoy 100% seguro que solo con hacernos esta pregunta limitaremos gran parte de nuestra compras. Yo lo pongo en práctica y puedo asegurar que realmente funciona.
Sólo con hacerme esta pregunta yo he conseguido evitar comprar cosas como un dron, un montón de ropa que realmente no necesitaba, alguna tables y algún que otro gadget tecnológico que tampoco necesitaba (entre otros).
Comprarlo en una semana
Otra forma de luchar contra las compras impulsivas es darnos un tiempo para realizar la compra. De este modo podremos ver si realmente es una compra que necesitamos o si por el contrario es una compra impulsiva.
Un buen plazo de tiempo puede ser una semana. Data una semana de tiempo y si al cabo de esos días, sigues pensando que es algo que necesitas y debers comprar, adelante. Pero si por el contrario tienes dudas o diréctamente ya no te suscita el mismo interés que siete días atrás, descarta la compra y ese dinero que te habrás ahorrado.